Son muchos los que
combinan trabajo de hipertrofia en
sala de musculación con trabajo aeróbico
en máquinas cardiovasculares, pero ¿en qué orden es preferible hacerlas?
Mucho no saben por
dónde empezar, si primero el trabajo cardiovascular y luego las pesas o
viceversa.
Está claro que lo
primero que debemos tener en cuenta es el objetivo de la persona. No es igual
una rutina para bajar de peso, en la que habrá una gran parte de trabajo aeróbico, que una rutina para aumentar de masa muscular, dónde lo
principal es el trabajo de pesas.
Aquello que quieran
bajar de peso, aconsejable realizar trabajo aeróbico antes y después del
trabajo de pesas, ya que el trabajo
aeróbico fraccionado quema más grasa que el trabajo aeróbico continúo. Por ejemplo:
-
20’ de aeróbico + la rutina de pesas de ese
día + 20’ de aeróbico + estiramientos
(Pudiendo realizar más
trabajo aeróbico en función del nivel o disponibilidad de esa persona).
Diferente serían
aquellos que están realizando una rutina de hipertrofia o aumento de masa muscular, los cuales es aconsejable
realizar primero el trabajo de pesas y acabar con el trabajo cardiovascular. Esto
se debe a que el cuerpo utilizará como combustible prioritario el glucógeno muscular. Es por esto que si
se desarrolla un trabajo aeróbico
prolongado o intenso previo a la rutina de musculación, se habrá disminuido considerablemente
esta fuente de energía. Así, el cuerpo recurrirá a una degradación de las proteínas en busca de obtener lo necesario para
levantar las cargas.
En otras palabras, se desarrollaría un proceso catabólico (destruir el
músculo), en lugar del objetivo de desarrollar masa muscular.
Además, la testosterona
baja sus niveles con un ejercicio aeróbico prolongado. Recordemos que la
testosterona es la hormona más anabólica. Y es que realizar el trabajo aeróbico
después de las pesas ayudará a quemar más grasas que si se hiciera en otro
momento. Debido a que la testosterona, cuando empieza a descender luego de
alcanzar su pico en una rutina de musculación, tiene un efecto lipolítico, optimiza la quema de
grasas.
Tras acabar el entrenamiento de pesas, los
niveles de glucógeno muscular habrán
disminuido por lo que el cuerpo recurrirá a las grasas como principal fuente
de energía.
Pero ese ritmo de trabajo aeróbico que vayamos a
realizar no debe de ser muy alto, como ya he explicado en post anteriores,
entre el 60-70% del Vo2 máx, ya que a esta intensidad es donde se degrada más
grasa.
Que sea mejor realizar trabajo aeróbico después
de las pesas, no quiere decir que no puedas hacer 5’ o 10’ de bicicleta
estática, por ejemplo, para calentar y aumentar la temperatura corporal antes
de empezar tu rutina de pesas.