He visto numerosos
casos de personas que entrenan el trapecio el día de hombros y otros muchos que
lo hacen el día de espalda. Pero, ¿cuándo es mejor trabajarlos?
Debemos de
saber que los trapecios tienen tres porciones. Los parte superior de los
trapecios que principalmente levantan y hacen girar hacia arriba las paletillas
de los deltoides, como cuando encogemos los hombros. La zona media de los
trapecios que tira de los omoplatos para juntarlos, como sucede durante un remo
sentado de agarre ancho. Y finalmente, los trapecios inferiores que participan cuando
realizamos elevaciones por encima de la cabeza
La parte
superior, que es la porción más visible, es aconsejable entrenarla con los
hombros, puesto que esta zona ya está implicada en la mayoría de ejercicios de
hombros, incluyendo el press y las
elevaciones laterales. Después de una dura sesión de deltoides, nuestros trapecios ya están completamente
calientes, por lo que, atacarlos con unos encogimientos de hombros es una buena
opción.
Podríamos
realizar los encogimientos de hombros al final de una gran sesión de espalda,
pero lo cierto es que los entrenamientos de espalda no afectan suficientemente
a las fibras de los trapecios superiores.
En cambio,
los remos inclinados, los jalones altos y el remo en punta, todos favorecen la zona media de los trapecios
y en cambio hacen bien poco por la superior. Debido a que la zona media está involucrada en los
ejercicios de espalda, deberían entrenarse en la misma sesión junto con los
dorsales y romboides.
Probablemente
la porción más ignorada y olvidada del trapecio es el área inferior. A la que se
puede llegar bien con las elevaciones frontales en las que elevamos las
mancuernas o la barra por encima de la cabeza. Muchos cometen el fallo de no subir las mancuernas por
encima del nivel de los hombros, lo cual acorta las posibilidades de desarrollo
del trapecio inferior.
Al llevar
las elevaciones frontales por encima de la cabeza, no solamente estaremos involucrando a los deltoides frontales, sino
que los últimos grados del movimiento también exigen una seria activación de
los trapecios bajos.
Para acabar,
decir que es mejor trabajar los trapecios con la espalda o con los hombros es
probablemente un error. Ya que como hemos visto, las diferentes partes del
trapecio se implican de manera diferente dependiendo de si trabajamos hombros o espalda, por lo
que lo aconsejable sería trabajarlos en ambas sesiones.
Muchas
veces, al igual que pasa con los antebrazos y los gemelos, nos olvidamos de
trabajar los trapecios. Yo no solo digo que no debemos olvidarnos de ellos,
sino que además debemos trabajarlos, en la medida de lo posible, dos veces a la
semana, lo que seguramente afectará de buena manera al crecimiento de éstos.
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