Ya sabemos que después del entrenamiento de pesas es
recomendable comer hidratos para recuperar los niveles de glucógeno y
proteínas, ya que son una buena fuente de aminoácidos.
Pero ¿qué debemos comer antes de entrenar?
Muchos creen que si van a entrenar sin nada en el
estómago, el cuerpo utilizará las reservas de grasa para conseguir esa energía
necesaria para entrenar. Ya les digo que están bastante equivocados.
La comida previa al entrenamiento, previene la sensación
de hambre durante el mismo, además te aportará la energía suficiente para que
podamos realizar un entrenamiento de calidad sin que se vea afectada la
intensidad, por falta de energía, sobretodo en esos entrenamiento que tienen
como objetivo conseguir volumen muscular, en los que movemos grandes cargas en
cada ejercicio.
Lo ideal para antes de entrenar es comer algo ligero, intentando
combinar en esa comida tanto hidratos como proteínas. A ser posible, elegir
alimentos con alto contenido en fibras, ya que es más digerible.
Antes del entrenamiento lo aconsejable sería: frutas
como la manzana o la sandía (que como he dicho en entradas anteriores, nos
aportará energía durante un periodo largo de tiempo), algún sándwich de pavo,
atún o jamón serrano, a ser posible con pan de molde integral o incluso alguna
barrita energética.
También, durante el entrenamiento podemos comernos
medio plátano o alguna rodaja de piña, ya que son frutas que nos ayudarán a
recuperarnos mejor y poder seguir en condiciones con el entrenamiento, pero
solo en el caso de que lo necesitemos, porque nos veamos con falta de energía.
Lo que NO debemos comer son alimentos con mucha grasa
y que sean excesivamente pesados y permanezcan demasiado tiempo en el estomago,
lo que provocará dificultará la digestión.
Además esta tipo de digestiones pesadas y lentas hacen
que impulsan demasiada sangre hacia el estómago para ayudar en el proceso de la
digestión y esto puede llegar a causar cólicos y dolor de estomago.
NO debemos comer demasiados alimentos minutos
antes del ejercicio ya que puede perjudicar nuestro rendimiento o provocar
indigestión, pesadez, náuseas y vómitos.
Lo ideal es entre 60 y 90 minutos (dependerá de la
persona, unos necesitan más y otros menos) para que nuestro cuerpo este lleno
de energía tengamos las reservas de glucógeno a tope y podamos obtener el
máximo beneficio del ejercicio.
Para acabar, ni todos tenemos la misma genética ni el
mismo metabolismo, por lo que es factible que no aciertes con tus alimentos
ideales a la primera. Es posible que a alguien le vaya bien tomar leche antes
de entrenar y a quien la lactosa le provoque dolor de estómago y no pueda
rendir como en él es habitual, por lo que cada uno debe ir experimentando hasta
que de con esa comida que le aporte la energía suficiente sin verse alterado su
rendimiento… “CADA CUERPO ES UN MUNDO”
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